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miércoles, 17 de septiembre de 2014

Cuando las estrellas se difuminan

Una noche, o bien un día, soñaste
y ese sueño quisiste alcanzar
todo hiciste, hasta soñar que lo lograste
no podías dejar nada librado al azar

En la realidad avanzabas de a poco
pero en tus sueños eso no hacía mella
tus sueños eran brillantes cuan centella
tu gran sueño te volvía loco.

Eras aprendiz, y hacías las cosas bien
subías lento y lo sabías, pero también
sabías que eso significa aprender,
sabías que pronto, tu luz iba a encender.

No estabas sólo, había gente cerca
que miraba, oía y sentía lo que hacías
te vieron y alguien se atrevió a reír
y esa risa fue puñal, sólo querías huir.

Volvías a tu tarea de aprender,
pero ya nada querías saber
te dijeron que era demasiado difícil
y sin quererlo, te fuiste haciendo imbécil

-No es mi culpa- te decías
cuando miles de excusas ponías.
Tus sueños se nublaron, no reías
y tu arte no quedó en la cercanía.

Ya tu sueño abandonaste
tus esfuerzos de lado dejaste
ellos se rieron de un principiante
se burlaron de quien iba delante.

Ahora volviste a soñar por las noches
ser deportista o experto en coches
se funden en una sola amalgama
que a la luz de la luna es tan sólo una dama
esperando con la mirada perdida
y recordando siempre aquel día
desde que ya no soñás,
te volviste uno más.

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