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domingo, 31 de mayo de 2015

Trabajando, sí, trabajando.

Vivo enamorado de la vida, del sol en las mañanas, y la luna que me lo recuerda por las noches. Amo la esperanza que encuentro en el dolor y la alegría de los días de gloria. Amo ver el milagro de la existencia reflejado, casi inocentemente, en el despertar de una flor. Amo la fantasía de encontrarte de nuevo, en los viejos lugares o, tal vez, nuevos rincones.
Me enamoro cada día de las melodías que ensambla la calle con su vaivén de automóviles y personajes apurados; encuentro placer en el ir y venir de un árbol mecido por el viento, como un péndulo o un saludo. 
Y sonrío sin miedo de morir, respirando cada día del aire desvelado que arrastra los recuerdos de algún transeúnte, que seguramente olvidó cómo volver a su hogar.

lunes, 25 de mayo de 2015

El sol no se oculta.

Renacer repentinamente, como una copa se vuelve a llenar con sólo mover la muñeca que sostiene la botella.

Así como mirar el cielo y ver pasar mil aviones en una procesión de pájaros, como triste el mar de los ojos hambrientos de belleza.

sábado, 23 de mayo de 2015

Siempre hay algo como una pequeña razón, desmoldamos y existimos el cambio, somos hijos de las inclemencias de este nuestro tiempo que no para de fluctuar. ¿En qué dimensión yacen entonces los sentidos que nos permiten existir?