Ha regresado. Las arenas que otrora encontraron descanso y quietud ahora vuelven a caer por el fino orificio hasta el fondo del abismo que le provee su prisión de cristal, marcando el tiempo, el tiempo que ha vuelto a correr.
Helios nos observa desde el cenit, y desde las ominosas profundidades Perséfone de ojos claros se dispone a retornar a la superficie al encuentro de su madre.
¿Cómo podemos, entonces, ignorar semejantes movimientos rasgando la obnubilación en la que quedamos sumergidos?
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martes, 11 de septiembre de 2018
viernes, 19 de enero de 2018
jueves, 4 de enero de 2018
Carta al Otro
Querido Alter:
Me gustaría recomenzarlo todo e iniciar pidiéndote disculpas por no seguir la sabiduría de tu voz. Vos me dijiste las cosas tal cual eran y en mi impulso, mi orgullo de sentirme poderoso e imbatible, me lancé hacia los brazos de fuego que advertiste me quemarían de inmediato, y así lo hicieron. Me dije tantas cosas inútiles que hoy se vuelven en mi contra que espero jamás volver a caer.
Las cosas no salieron como esperaba y todo se dio de acuerdo a tu vaticinio, quizás nunca más vuelva a dudar de lo que me decís y por favor, si hago oídos sordos, gritá más fuerte. Golpeame, moveme. Aunque espero haber crecido lo suficiente como para no tener que negarte como el adolescente que escapa a los consejos de sus padres.
Me siento feliz de saber que estás ahí. Espero que no sea tarde para seguir escuchándo tu voz resonando en mi mente, tu silencio fue mi noche en el año donde tanta sangre se vertió en el suelo de formas vacuas, donde vi la desgracia abrazándome como un amigo, y mi perdición se convirtió en mito y realidad para los que me rodean.
Tu respuesta la conozco, no es necesario que esta misiva sea contestada.
Te quiero.
Virgilio
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