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martes, 25 de marzo de 2014

¿El acto final?

Los aires se mezclan, las nubes se disipan como enredadas en un sinfín de pensamientos panegíricos a la luz entrante del sol. Sin embargo, no puedo sino pensar, en mi mente excesivamente desconfiada, que ahora serán los rayos del sol los que me quemen.
Dios estará conmigo, lo sé, él es mi alivio y mi salvación.
Cierro los ojos y un futuro brillante me espera, la soledad será mi confidente y mi propio cuerpo será festiva carroza para mis sueños. El mundo es mío, y sólo necesito aceptarlo.
No hay nadie que necesite, sin embargo, no puedo estar sin nadie. Mas sé que en el fondo habrá mucha gente que sonreirá conmigo, y algunos que acompañarán mis tristezas. Y en caso de no haberlos, otra vez mi propia mente se convertirá en vino dulce derramado en la embriaguez de mi mente. Las barreras ya no existen, los momentos se van, el amor se disipa por el bienestar.
Cierro mi corazón, y abro los ojos.

lunes, 10 de marzo de 2014

El recuento 10/03/2014

¿He fallado?

Esa pregunta se hace presente en mi mente cada vez con más continuidad, me quita el sueño, me quita la alegría.

¿He fallado?  Me pregunto. Me pregunto si he fallado.

Si he fallado como persona, como amigo, como familiar, como todo en los aspectos de mi vida. Me pregunto si he fallado.

¿Pero cómo volar airoso cuando la tierra se vuelve un mar de manos que me impulsan al fondo? ¿Hay alguna senda para escapar?
Lo dudo, hace tiempo la busco y no la encuentro, la oscuridad se cierne cada vez más en mis contornos y poco se podrá encontrar entre esa marea de negra masa.
No es soledad, no es ofensa, sino más bien un sentimiento profundo de vergüenza, necesito ayuda, tal vez, y urgente. Pero quizás lo mejor sea no recibirla y prescindir de esa necesidad, en las sombras hallaré mi refugio, en las sombras hallaré mi libertad o mi perdición. Pero será mía, y nadie podrá arrebatármela.