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viernes, 27 de diciembre de 2019

El día

Mi día, mi año, mi vida, todo es tuyo.
Aunque sean presentes indeseados,
poca cosa y también quizás inoportunos.

Te dedico todo lo santo y lo oscuro,
mis alegrías y mis tristezas.
Tuyo cada momento,
de acción y pensamiento.

Mas honda certeza es tu adiós,
y se tiende frente a mí el camino de luz,
como la del túnel con la que imaginamos la muerte.

Y es que hay un poco de muerte,
en este frío y rígido desenlace.

Será necesaria una nueva vida,
abrazar otras luces,
que no sean las de tus ojos,
con los que pretendí iluminar mi existencia entera.

Transformar este amor titánico y feroz,
en fuerza rehabilitadora y tenaz.
Hoy es el día para pensar en renacer.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Diario

Sé lo inútil que resulta llorar lo perdido, no es algo ajeno a mí estos días la congoja de saberme abandonado por quien ya no volverá.
Me pregunto como se hará para quitar de mis más profundos tejidos su nombre y su forma, como se puede despertar sin anhelar romper la pesadilla de entender que se ha marchado para siempre.
Abundantes y contrarios sentimientos y emociones me invaden a cada minuto, no hay paz que dure más de unas pocas horas antes de caer nuevamente en sus tinieblas y verme envuelto con tanto dolor, y tanto amor perdido.
Suelo cerrar los ojos para encontrarlo cerca mío en su ausencia infinita, esforzarme en recrear la sensación de su abrazo y el tono de su voz. Me hallo frecuentemente sin recordar otro motivo de alegría que no lo involucre como figura central, como el todo y el para siempre.
Quizás no haya manera de quitarlo de su trono, ni removerlo de mis tejidos.
Puede que sólo reste convertirlo en dogma, y aprender a vivir bajo el dulce yugo de su recuerdo.





JM

lunes, 23 de diciembre de 2019

Plegaria para expulsar

Absurdamente tu nombre aparece,
y quiebra mi alma sin contemplación.
Tu nombre, que es la bandera de mis sueños,
irrumpe y degenera todo a mi paso.

Te has convertido en las razones para dejar,
para abandonarlo todo y olvidar ideales.

Pero el sol será más fuerte,
y atravesando mi constelación patrona,
destruirá tu oscuridad con su luz.

¡Protégeme, áureo Helios,
mientras surcas Capricornio!
¡Envuélveme en ígneas ondas,
de luz y calor astrales!
Haz retroceder las sombras,
que oscurecen mi alma.
Expulsa de mi templo a Venus,
e impide que arda por él.



martes, 17 de diciembre de 2019

Cada día que pasa, cada mes que termina y cada año que llega a su fin, me demuestran que,

paulatinamente,

irreparablemente,

e irreversiblemente,

olvido todo lo que he vivido.

Todos los buenos momentos, 
y aquellos malos,
inevitablemente desaparecen.

Muchos dirían que es un defecto,
yo sólo agradezco.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Sobre la marcha

Imparable y seguro camina Saturno,
eternamente seguirá avanzando
y a su paso siembra los secretos,
que florecerán en verdades.

Así todo cambia de forma,
y eventualmente lo vivo, muere.
Comprendemos que el amor se siente,
y que podemos continuar sin él.

He amado sin ser correspondido,
he luchado por las mañanas,
he muerto en las noches.
Veo al alba pintar rosados nuevamente.

¿Quién diría que el golpe
de un solo ser
destruiría de una vez el mundo,
y el universo en los que he creído?

Hallo paz en resignificarlo todo,
en la libertad de caer en el infierno,
sin censurarme por ello.
Encuentro momentos de sosiego,
en aquellos pequeños triunfos
que decoran la existencia.

Es cierto que el mundo onírico,
se ha vuelto mi morada frecuente,
pero nadie me dijo que la vigilia,
comenzaría a doler. 

Estaba con la guardia baja
tras haber resistido embates poderosos.
No creía, no imaginaba.
No me veía aquí.
Siendo simple y tontamente,
su satélite.






lunes, 9 de diciembre de 2019

Hoys

Hoy el espaciotiempo fluye llanamente,
hoy todo resuena con la frecuencia de la paz.
Hoy el aire huele a poder y a llamas de vida,
hoy la totalidad de lo que alcanzan mis ojos,
se parece a la gracia divina.

Hoy me he soltado de pesadas cadenas,
hoy he entregado mi alma y corazón al cosmos,
hoy abracé la calma y el delirio,
hoy me enamoré del arrebato y la cautela,
y me encontré distinto.

Hoy entendí que no hay glorias pasadas,
a las cuales sea válido o posible volver.
Nos transformamos aún sin querer,
y se nos impone el hermoso desafío
de ser gloriosos de nuevo, pero de otra forma.

Si en el pasado batíamos alas blancas victoriosas,
y hoy nos las han manchado de colores,
agitemos, furiosos y felices, esas nuevas insignas,
que, como alas, serán nuestra bandera.


Gracias.