Absurdamente tu nombre aparece,
y quiebra mi alma sin contemplación.
Tu nombre, que es la bandera de mis sueños,
irrumpe y degenera todo a mi paso.
Te has convertido en las razones para dejar,
para abandonarlo todo y olvidar ideales.
Pero el sol será más fuerte,
y atravesando mi constelación patrona,
destruirá tu oscuridad con su luz.
¡Protégeme, áureo Helios,
mientras surcas Capricornio!
¡Envuélveme en ígneas ondas,
de luz y calor astrales!
Haz retroceder las sombras,
que oscurecen mi alma.
Expulsa de mi templo a Venus,
e impide que arda por él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario