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martes, 26 de septiembre de 2017

lunes, 18 de septiembre de 2017

Preghiera

Junto mis manos, cierro los ojos
y me concentro esperando en la noche.
Mi alma y cuerpo son despojos,
mi mera existencia es un derroche.

Me desnudo frente a ti, poderoso ser,
ilumina mi sendero sinuoso,
márcame la forma de trascender
y apiádate de mi llanto penoso.

Llévame lejos de quienes me abrazan,
pero portan escamas de serpiente en sus brazos.
Aparta a todos los que mi alma entrelazan,
y luego moldean con crueles cimbrazos.

Haz amargos los besos fecundos
en intenciones ocultas y oscuras,
torna en muecas iracundas
aquellas falsas sonrisas seguras.

Abrázame, Dios de la misericordia,
y no permitas que la duda me persiga.
No me dejes ver la maldad que incordia,
ni me dejes oír la mentira que se diga.

Pon mi tiempo en manos de los nobles,
deposita mi amor a los incondicionales,
que mi voz cante más alto junto a los fieles robles,
y se agigante mi zozobra rodeado de amables.

Cierro mi plegaria, Señor,
trae en esta primavera otro color,
arráncame de los campos del dolor,
y entrégame al amor,
te lo pido,
Señor.


domingo, 10 de septiembre de 2017

Vuelo de ave

Hace mucho que este viento no helaba como esta noche, no recuerdo cuando fue la última vez que mi mente difuminó su entramado de pensamientos y se permitió navegar en los confines de la ausencia y la turbidez, dejándome al desnudo acecho de los depredadores sanguinarios que se arrastran bajo sus sombras.
Hace tiempo había decidido terminar con todo lo concerniente a la existencia, había decidido ser la llama de la vela que el viento sopla, descuidado, o quizás no entendiendo la importancia que un mortal puede darle a su efímero pasaje por esta organizada entropía atómica.
Siento el frío sobre mi piel, luego dentro de mis entrañas, y finalmente me uno a él.
Pero ya no soy el mismo, ni mi llama se agita con la delicadeza de la vela.
Envuélveme nuevamente en el mutis de mi conciencia, gélido vendaval. Muéstrame las abstrusas ideas que significaron mi ruina. Háblame de lo inescrutable, del abandono, de los que acarician con la diestra y se condenan al último círculo con la zurda.
Paséame de nuevo por los símbolos que hay en mi cuerpo y deseo ignorar, los que hay en los suyos.

Juega con ella y su semblante de hierro, su sonrisa que esconde sátiros y dríadas maléficas, y su mirada que atraviesa la carne.

Erra conmigo recordando a aquel que prometía vida sembrando dudas, de quien anhela la luz y el brillo del oro oxidando con lágrimas su propia alma.

Mírame y revélame qué será del que pregona ideales fantásticos pero viste mis atuendos, come mi comida y habla mi lengua.

Recorre las galerías donde ella pasea y pinta su universo ideal, un atisbo de realidad la ciega y promete destruirlo. Para seguir pintando su utopía.
Envuélveme, te digo, corriente de niebla, arráncame la piel y únete a mi baile.
Mi luz volverá.-