Hoy volví a visitarte,
volví, sin que me vieras,
y me encontré con tu sonrisa.
La misma con la que pintaste,
mi infierno y calvario.
Ya no estalla mi consciencia,
ni se cercena mi razón ante vos.
Pero mi centro aún se encoje,
y llora brevemente,
cuando pienso por qué no fue.