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lunes, 31 de mayo de 2021

Sueño azur. Resuellos

 "¿Y si en vez de mirar,

impávido y centinela,

directo al vacío en mi alma,

me bañase en el amor que rebasa?"

Me pregunté hace unos días,

hoy nuevamente decidí observar;

y fui mi miróforo,

al descubrir que no estaba allí.

El vacío, por el que sangraba y moría,

había desaparecido, y me pregunte 

si alguna vez estuvo allí o,

aquella herida que veía,

no era sino el amor 

filtrándose por nuevas grietas 

de un alma que quedó chica.







domingo, 23 de mayo de 2021

Oración

Sean las copiosas lágrimas,
el agua que limpia la injuria,
y refresca el ánimo inflamado.
Sean las horas de dolor,
las huellas que quedan atrás,
marchándote del pasado ominoso.
Sea tu caída en las profundas fosas,
el augurio de un nuevo comienzo,
recibido por flores de fragancia exquisita.
No temerás la revancha del pasado,
ni el vejamen de aquellas voces 
que en sones de asedio anhelaron tu derrota.
No temerás las nuevas pruebas ni la lid,
ni el delirio ni las manos caídas,
ni la sangre ni el hielo.
Pueda tu fuerza romper el silencio,
y tu llanto darte consuelo y ciencia.
Pueda tu temple resistir las olas,
cuando mires al mar ignoto. 
Pueda tu alegría ser brote de gloria,
en los campos arenosos del desierto.



sábado, 22 de mayo de 2021

Mundos

Mi corazón se ha roto, y la sangre brotó,
tiñendo suelos y paredes, cielo y aire.
Semejando mi mundo al infierno,
vagué por las salas de los demonios,
visité los cadalsos y torturas, los flamígeros ríos
y las tupidas espinas de los arbustos ponzoñosos.
Me encontré con entes de amargura:
Un súcubo cuyo llanto no le lavaba el cuerpo,
un caminante eternamente perdido,
y un sol que no podía brillar.
Mientras cosía mis heridas, y aplicaba el ungüento,
avanzaba por los prados asaz rojos, rojos por mí,
y sentía tu mirada clavada en mi memoria.
Sentí tu juicio y tu desprecio, bajo la luna oscura.
La sangre finalmente dejó de manar, y lentamente limpie las paredes y los suelos, el cielo y el aire.
De vez en cuando vuelve a salpicar, 
pero yo ya no merodeo en los terrenos rojos,
ya no veo a los entes, ni tu mirada se clava.
Te regalo mi suspiro, y mis ojos cuando se pierden,
te regalo alguna sonrisa indisciplinada,
y alguna que otra mueca de agonía.
Las flores que sembraste no crecieron, pues,
sin mi sangre, no había nada que las pueda alimentar.

miércoles, 5 de mayo de 2021

Miharu

Me enamoran tus ojos mirándome
o mirando a través de mí,
directo hacia el secreto que callo
o hacia el miedo que fuerzo ocultar.

Me enamora tocarte y descubrir tu suavidad,
tus jaspeados tonos inundándome el corazón,
tu silueta delicada que se expresa en curvas,
tu calor, que protege mi llama.

Adoro cada una de tus extremidades,
cuyo tono desciende hasta los indómitos valores negros,
para finalmente dar extásico contraste:
la ternura de tus patas originan garras feroces,
de tu negro emergen espinas blancas,
de tu amor es hijo ese dolor cuando desgarras la carne.
Similar con tu negra boca, dando lugar a filosa dentadura,
pero también a tu dulce maullido,
que es el idioma que ignora mi conocimiento,
pero bien conoce mi alma.

lunes, 3 de mayo de 2021

Al pie del árbol

Cuando mi mirada no puede fijarse,
y mi mente se vuelve como la hoja de otoño,
me permito caer entonces al suelo de mi consciencia,
unirme a la tierra, al pie del árbol del pensamiento. 

Me reencuentro con la semilla original,
huelo el perfume del primer aliento,
me abrazo al fuego del amor primero,
escucho la palabra inicial.

Se quiebra lentamente la hoja de otoño,
y el viento se lleva las partes,
no soy sino ese viento y la tierra,
¿Mi mente ha muerto, o sólo queda silencio?

Regreso al plano, mi mirada se fija,
el silencio paulatinamente deja lugar
a millones de ruidos y exuberancias.
Sin embargo ahora sé la respuesta,
mi mente no ha muerto,
simplemente espera,
al pie del árbol. 


domingo, 2 de mayo de 2021

Hechizo

 Cuando se amontonen nubes negras,

cuando el espeso miasma oblitere 

las vías del diáfano aire.

O cuando la sierpe del demonio 

sujetándote por el cuello libe tu vida,

pronuncia estas aladas palabras, 

llevando tu mente hacia tu espíritu,

y poniendo a trabajar la memoria:

"Ahora me tengo a mí".

Has de repetirlas invocando las lágrimas,

que has vertido cuando huías,

cuando dejabas atrás aquellos rostros,

con los restos de tu corazón en las manos.

Las repetirás pidiéndo a tu piel,

que rememore los golpes,

pidiendo a tus ojos que recuerden la imagen,

de los que han llorado por vos.

Que regresen a tu consciencia las manos,

que atadas, rompieron sus cadenas 

y a tus oídos regresen aquellas palabras de desprecio.


Dilas por lo bajo, y que reverberen en todo tu cuerpo.