"¿Y si en vez de mirar,
impávido y centinela,
directo al vacío en mi alma,
me bañase en el amor que rebasa?"
Me pregunté hace unos días,
hoy nuevamente decidí observar;
y fui mi miróforo,
al descubrir que no estaba allí.
El vacío, por el que sangraba y moría,
había desaparecido, y me pregunte
si alguna vez estuvo allí o,
aquella herida que veía,
no era sino el amor
filtrándose por nuevas grietas
de un alma que quedó chica.
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