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jueves, 25 de febrero de 2021

Éter

No temo a la oscuridad, pues me guían tus manos.

Por tu constante presencia no temo a la soledad,

y por tu inefable abrazo, no temo al frío.


No temo al fuego mientras me halle con vos,

en las fértiles ciénagas de tu conciencia. 

Mas tampoco temo a las profundidades,

ni a hundirme miserablemente,

porque me paro firme en tus palmas.


No temo al fracaso pues porto tus laureles,

y bebo tu vino, y como tu ambrosía.

Ni siquiera, oh ilustre entre los ilustres,

temo al pérfido veneno servido en mis labios.

Ni a la ponzoña del falso amor y juramento,

pues con tus manos remueves el velo,

de la faz del que engaña.


Tu anillo adorna mi mano,

como tus símbolos tiñen mi cuerpo.

Tus palabras dibujan mi materia,

en tu silencio he guardado mi alma.

De cada fibra, sustancia de mi cuerpo,

he tendido áureos hilos a tus dedos.

Seré tu marioneta, serás mi maestro. 




 

viernes, 19 de febrero de 2021

909

El gran colofón ha sido pronunciado,

grandes telones han sido corridos,

ya aquellas palabras y el abrazo extasiado,

ya el futuro, ya nuestro tiempo se ha vencido. 


Como quien camina en la nieve, azotado

por gélido y furibundo vendaval,

no oye la voz que a gritos propone refugio y calor,

así vos, ¡insensato! desoíste el llamado.

sólo tus voces te dieron aval,

las hijas de tu rota mente te negaron el amor.


Inquebrantables, incansables, indómitas,

te gritaron, te enfurecieron, taparon tus ojos,

y en tu celo has convertido en despojos,

la estrella que te propusiste tocar. 



miércoles, 3 de febrero de 2021

 Otrora señalé un camino,

para hacer marchar mi destino.

Mas son mis pies y el tiempo

aliados infalibles para borrarlo.

¿Qué decido, qué puedo elegir,

si en tus manos, Señor, merodeo?

No hay estrella que seguir,

ni mapa que trazar.

Me debato entre olas de viento,

que llegan hasta mí desde lo imposible.

Acarician mi faz los recuerdos,

y el entrañable presente que brilla,

con cobre y aluminio.