ocupando cada bache.
Dejando sitio para el amor perdido
y así uno queda infeliz, aturdido
Poco a poco, lentamente
pierde dominio la mente
gana terreno el corazón
que ¡oh desengaño! perdió la razón.
Entre llanto y agonías
se encuentra el alma mía
por haber perdido a aquella
que tanto quería...
Y hoy dejando todo atrás
miro fijo, decidido, a esa estrella
que con argénteo brillo destella
una luz, que me recuerda a aquella
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