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miércoles, 20 de agosto de 2014

La métrica sin par

Los días no son lo mismo, 
desde que no te encuentro
todo se vuelve oscuro, igual.
Ya la vida perdió sus matices,
que dudo mucho poder recuperar.

Puede que algún día los colores 
vuelvan a verse tiñendo las cosas
pero desde que te perdí por ahí,
es ese tinte un rojo rebajado con gris

Ya las flores, sin grandes coronas
lucirán un carmín arrugado,
o un amarillo apresurado.
El sol, con su brillo indiscutible
ya no lo veré, quizás, disponible
para entrar en mi corazón.

El aroma del eucalipto verde
antiguo, sutil, elegante y fragante
será simple olor del pasto
llevado por el viento casto

Desde que no te encuentro,
siento haber perdido mi centro.
Tal vez la cordura, y aún dentro,
localice mis espacios vacíos.

Hay en mi pecho un fuego
un incendio voraz quemando
pero sin oxígeno, sin aire
sólo quema y matará.

No puedo ya pedirte,
ni quererte, ni insistirte.
Ya perdí el sonido,
mi nombre, mi apellido.

Para mí, es utópico que me quieras
es una fantasía, la mayor de las quimeras,
pero sé que son sueños la ilusión
también que "los sueños, sueños son" 
(entre comillas, la frase de Pedro Calderón de la Barca) 

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