Una noche más, tu presencia,
se evoca en mis profundidades,
con tu recuerdo y tu esencia,
envenenando mis realidades.
Tu rostro se hace materia,
en mis pensamientos,
y a pesar de mis sentimientos,
caigo en la miseria.
Tus brazos parecen abrazarme,
entre la soledad de mis paredes.
Tu voz consigue cazarme,
y atraparme con sus redes.
¿Hay alguna estrella, un astro,
que en el nocturno firmamento,
pueda marcar a mis pies un rastro,
por el que huir de este detrimento?
Háblenme cielos, manifiéstate Dios,
que en mi camino gobierne la razón,
el cielo y el infierno se abren los dos,
los ángeles me abandonan en mi pasión.
Caigo rendido y entero,
en la sustancia de recordarte,
conjuro mi amor sincero,
que supo entonces destacarte.
Te traigo en sueños e ilusiones,
estás en los rostros de la gente,
en los libros y en las canciones,
estás en todo mi presente.
Te creo invasor de mi venas,
usando mi sangre para fluir,
llevando a cada rincón penas,
y dejando mi corazón partir.
La noche no tiene respuestas,
el pasado ya me ha dicho todo,
el futuro trae veladas inciertas,
y hoy me hundo en el lodo.
(utilícese sol mayor. Gracias)
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