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jueves, 25 de julio de 2019

Vade retro haze

Gran esfera celeste,
bóveda de dioses,
destino de mis plegarias.
Sea el soplo de tu aliento,
lo fuerte que no fui,
para arrancarme las vendas.
Sea tu luz tan brillante,
compañera de mis desvelos,
para iluminar el sendero
por el que debo caminar.
Tierra que piso firme,
enséñame de tu estoica permanencia,
tu que has presenciado y soportado,
tu que en silencio has perdurado,
ilústrame en la noche de mis lamentos.
Sean tus hierbas y regalos,
suficientes para sanar las llagas
que me ha causado el cruel Eros,
y den alivio a mi mente cansada.
Sean tus santas aguas tan puras,
para diluir en su seno el veneno
que la vil serpiente, con astucia y engaño,
inoculó en la matriz de mi espíritu.

Sea tu abrazo, magna tierra,
el refugio último del lamento
que pronuncian mis labios.
Permíteme así como Helios,
que cabalga orgulloso sobre Urano,
amanecer radiante y victorioso.

Envuélvanme aguas del Estigia,
derrama sobre mis sienes unas gotas
del diáfano Leteo,
que nos purifica de andanzas mortales.

Habré renacido, habré llegado.






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