Change language

sábado, 16 de enero de 2021

Cripta

Susurra en mi oído, ninfa clarividente,

y dime a dónde fue la sangre que,

como ríos, brotaba de mis heridas

que han cerrado tiempo atrás. 


¿Dónde, indómita diosa, han ido las lágrimas,

que irrigaban mis mejillas, 

en la solitaria noche de toda certeza?


Desconozco el paradero del fuego,

que ardía en mi antigua furia,

amenazando beligerante a los astros,

origen de mi desgracia.


Pareciera, inmortal presencia, 

que no ha sido solo sangre y lágrimas,

lo que ha brotado de mi centro en la agonía,

sino tiempo; y se ha ido para no volver.




No hay comentarios:

Publicar un comentario